Mientras que la Unesco avisa que
en el mundo hay 793 millones de analfabetas, de los cuales en América Latina
hay 39 millones y 110 millones de adolescentes no terminan la escuela primaria.
Los países con mayores tasas de adultos analfabetos son Guatemala, Nicaragua y
El Salvador[1], la
ministra de educación, María Fernanda Campo, al otro lado de la línea, recuerda
que en Colombia los que no saben leer ni escribir representan el 6,6% de la
población. Este índice oscila entre un 6% en las cabeceras municipales y un 21%
en las zonas rurales[2].
El porcentaje es mínimo. La cifra es más diciente: 1’672.975 colombianos
mayores de 15 años —que llenarían 40 estadios como El Campín, que rebosarían
tres veces la capacidad de las protestas por educación en Chile— son
analfabetas.[3] Los
departamentos con mayor tasa de analfabetismo son: Antioquia que aparece con el
mayor número de analfabetas (116.185), le siguen Bogotá (112.623), Bolívar
(83.671), Córdoba (81.934), Cundinamarca (69.883), Medellín (66.134), Boyacá
(62.946), Santander con 55.715, Tolima (52.783) y Valle (39.432).
Los índices siguen siendo altos pese a que desde el 2006 se han alfabetizado algo más de 800 mil personas, y entre el 2010 y lo corrido de 2011, 213 mil personas mayores de 15 años han recibido capacitación.[4]
En realidad todos sabemos que los índices son mayores, aunque de acuerdo a las cifras oficiales pareciera que existe un cierto avance en la solución de la problemática del analfabetismo. Pero la situación educativa se complica todavía más si abrimos el concepto de analfabetismo a otros campos como el tecnológico e informativo o simplemente a la lectura de los mensajes que circulan en nuestra sociedad a través de las imágenes, mediante los llamados mensajes o textos icónicos. De hecho, un informe de la UNESCO de finales del 2002, sobre las metas establecidas en el foro mundial sobre la educación, realizado en Dakar (Senegal), ubica a Colombia entre los países con riesgo de no reducir a la mitad el número de analfabetas de aquí al 2015. Aparece en ese grupo al lado de países vecinos como Ecuador, Venezuela, Panamá y Brasil y un largo listado de otros países de América Latina, Medio Oriente y África.[5]
Los índices siguen siendo altos pese a que desde el 2006 se han alfabetizado algo más de 800 mil personas, y entre el 2010 y lo corrido de 2011, 213 mil personas mayores de 15 años han recibido capacitación.[4]
En realidad todos sabemos que los índices son mayores, aunque de acuerdo a las cifras oficiales pareciera que existe un cierto avance en la solución de la problemática del analfabetismo. Pero la situación educativa se complica todavía más si abrimos el concepto de analfabetismo a otros campos como el tecnológico e informativo o simplemente a la lectura de los mensajes que circulan en nuestra sociedad a través de las imágenes, mediante los llamados mensajes o textos icónicos. De hecho, un informe de la UNESCO de finales del 2002, sobre las metas establecidas en el foro mundial sobre la educación, realizado en Dakar (Senegal), ubica a Colombia entre los países con riesgo de no reducir a la mitad el número de analfabetas de aquí al 2015. Aparece en ese grupo al lado de países vecinos como Ecuador, Venezuela, Panamá y Brasil y un largo listado de otros países de América Latina, Medio Oriente y África.[5]
Pero qué es el analfabetismo?
Se entiende por analfabetismo la incapacidad que posee un ser humano para
realizar las operaciones básicas de leer y escribir. Las personas consideradas
analfabetas no lo son por opción propia si no por la falta de cupos en la escuela, la desorganización de la
región, situación de alta pobreza que los obliga a trabajar en edades muy tempranas,
ausencia de políticas claras, desconocimiento e
insensibilidad de las autoridades respectivas y situaciones de índole familiar.
Entre estas causas o razones por
las que se presenta el analfabetismo observamos una que vemos a diario en
nuestra calles y que es muy grave, es el trabajo de niños a edades muy
tempranas, vendiendo dulces, bolsas de basura o cualquier otro elemento que sus
padres les dan para obtener dinero y poder sobrevivir día a día. Aunque muchas
veces se nos dice que la solución no es darles dinero, lo cual es cierto,
también se debe tener un mayor control por parte de las autoridades encargadas
para disminuir el índice de niños trabajando en las calles e incrementar los
castigos a los padres que obligan a sus hijos a trabajar desde pequeños, que en
vez de estar en las calles arriesgándose a peligros deben estar estudiando para
forjarse un mejor futuro.
Por otro el analfabetismo se
considera una problemática en la medida en que se constituye en uno de los indicadores del desarrollo y calidad
de vida de un país. Esto explica por qué, las regiones más afectadas por el
analfabetismo están expuestas al desempleo, a la falta de oportunidades y a la pobreza, situaciones que obligan al
rebusque por medio del subempleo o la posible vinculación a prácticas
delincuenciales.[6]
Estrategias planteadas en América Latina y Colombia
Entre las estrategias que se plantearon en la Cumbre Iberoamericana,
celebrada en Argentina están: asegurar la escolarización de todos los niños en
educación primaria y en educación secundaria básica en condiciones satisfactorias;
aumentar el número de jóvenes que finalizan la educación secundaria superior;
potenciar la educación en valores para una ciudadanía democrática activa y
lograr que al menos en cada escuela haya un computador por cada 10 niños, estas
son algunas de las metas para el año 2021.
La Comunidad Iberoamericana de Naciones se ha fijado la meta de erradicar el analfabetismo "antes de 2015" así como otros objetivos en educación para conseguir que la generación de 2021 sea la mejor formada de todos los tiempos, según han acordado los líderes de la región en la declaración política y el plan de acción suscritos al término de la cumbre, según información de agencias.
La Comunidad Iberoamericana de Naciones se ha fijado la meta de erradicar el analfabetismo "antes de 2015" así como otros objetivos en educación para conseguir que la generación de 2021 sea la mejor formada de todos los tiempos, según han acordado los líderes de la región en la declaración política y el plan de acción suscritos al término de la cumbre, según información de agencias.
Para conseguirlo, los países deberán invertir en educación, en conjunto,
el 5,5% de su Producto Interior Bruto (PIB), o lo que es lo mismo unos 100.000
millones de dólares (76.000 millones de euros), ha explicado en rueda de prensa
el ministro de Educación de España, Ángel Gabilondo. La media actual se sitúa
en el 5,1%, que es el porcentaje que invierte España, mientras que Argentina
llega al 6%.[7]
Centrándonos en Colombia, desde
2010 el Ministerio de Educación, a través de sus programas de alfabetización,
ha llegado a 213.000 adultos, que avanzan en sus ciclos hasta obtener su título
de bachiller. Pero, como en la educación primaria, media o universitaria, aquí
también desertan muchos. Por eso, la meta del Gobierno es que 600.000 personas
más sepan leer y escribir en 2014. Una cifra muy similar a los cupos que desea
abrir el Ministerio en la educación superior: 650.000.
La razón, según la ministra de educación, se resume en una palabra: pobreza. “Entre la población más pobre uno o dos adultos en cada familia son analfabetas, un padre o una madre”. Para conocer la dimensión de esta problemática basta mencionar que de 1’200.000 familias que conforman la Red Unidos Contra la Pobreza –que reúne a la población más vulnerable del país–, el 80% cuenta por lo menos con un analfabeto.
El Gobierno quiere que 350.000 de ellas suban un grado su nivel de vida. En otras palabras: que pasen de la pobreza extrema a la pobreza. Y es por eso que hacen énfasis en la alfabetización: “Hay que llevar a las personas poco a poco —afirma la ministra—. El Gobierno busca alianzas con el Sena”.
La razón, según la ministra de educación, se resume en una palabra: pobreza. “Entre la población más pobre uno o dos adultos en cada familia son analfabetas, un padre o una madre”. Para conocer la dimensión de esta problemática basta mencionar que de 1’200.000 familias que conforman la Red Unidos Contra la Pobreza –que reúne a la población más vulnerable del país–, el 80% cuenta por lo menos con un analfabeto.
El Gobierno quiere que 350.000 de ellas suban un grado su nivel de vida. En otras palabras: que pasen de la pobreza extrema a la pobreza. Y es por eso que hacen énfasis en la alfabetización: “Hay que llevar a las personas poco a poco —afirma la ministra—. El Gobierno busca alianzas con el Sena”.
A los programas contribuyen el
ministerio, los departamentos y algunas entidades, como la Agencia de
Cooperación Española, que ofreció 450.000 euros para educar a la población
afrodescendiente de Nariño y Cauca. Y la meta es disminuir en un punto —del
6.7% al 5.7%— el analfabetismo.[8]
Pero aunque se tengan mucho
proyectos y visiones del futuro para solucionar ésta problemática se debe tomar
conciencia que esto es un problema de todos y que mientras sigamos dándole la
espalda y creyendo en encuestas que no se acercan a la realidad nada se va a
solucionar, el pensar en disminuir y algún día erradicar por completo el
analfabetismo es un compromiso de todos.
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